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2 de abril de 2008

RECHAZAR LAS DUDAS

Rechazar las dudas implica, con toda certeza, haber alcanzado el control de nuestros
propios pensamientos. Pero el hecho de controlar nuestros pensamientos es tan
necesario, en el yoga y fuera del yoga, como el dominio de nuestras pasiones y de
nuestros deseos vitales o el control de los movimientos de nuestro cuerpo. No es posible siquiera alcanzar el nivel de un ser mental plenamente desarrollado si uno no domina sus pensamientos, si no es su testigo, su juez y su amo, el purusha mental, manomaya purusha, shakshi anumanta, ishvara. No es menos inconveniente para el ser mental ser como una pelota de tenis sometida al impacto de los pensamientos desordenados e incontrolables, que ser como un barco a la deriva en medio de la tempestad de las pasiones y de los deseos, o un esclavo de la inercia o de los impulsos del cuerpo.

Ya séque controlar los pensamientos es más difícil, porque el hombre, al ser primordialmente una criatura de la prakriti mental, se identifica a sí mismo con los movimientos de su mente y no puede, de repente, disociarse y permanecer al margen y libre de los remolinos y turbulencias del torrente mental.
Es relativamente fácil para él ejercer un control sobre su cuerpo, al menos sobre una cierta parte de sus movimientos. Le es menos fácil, pero aún perfectamente posible por medio de una lucha efectiva, establecer un dominio mental sobre sus impulsos y sus deseos vitales; pero sentarse encima del torbellino de sus pensamientos, como el Yogui Tántrico sobre el río, es menos fácil.
No obstante, también es factible. Todos los hombres mentalmente desarrollados, aquellos que sobrepasan el término medio, de algún modo, o al menos en un determinado tiempo y para cierto propósito, han tenido que separar las dos partes de la mente, la parte activa que es una fábrica de pensamientos y la parte sosegada y soberana que es a la vez un Testigo y una voluntad, observando los pensamientos, juzgándolos, rechazándolos, eliminándolos o aceptándolos, ordenando correcciones y cambios; se han erigido en amos del ámbito mental, han sido capaces de ejercer un imperio efectivo sobre sí, samradjya.
El Yogui va aún más lejos. No sólo es el amo de este ámbito sino que, permaneciendo
aún de alguna manera en la mente, logra escapar de la misma por así decirlo, y se sitúa por encima, o completamente detrás y libre. Para él la imagen de la fábrica de
pensamientos ya no es completamente válida; puesto que ve cómo los pensamientos nos
vienen de fuera, de la Mente universal o de la Naturaleza universal, a veces formados y distintos, a veces informes o embrionarios, en cuyo caso reciben forma en alguna parte dentro de nosotros. La tarea principal de nuestra mente consiste en responder, favorablemente con aceptación, o negativamente con repulsa, a esas olas de
pensamientos (así como a las oleadas vitales o a las olas de energía físico sutil), o bien en dar forma mental personal a la sustancia de los pensamientos (o de los movimientos vitales) procedentes de la Naturaleza-Fuerza circundante.
Las posibilidades del ser mental no son limitadas; puede ser el libre Testigo y el Amo en su propia casa.

La libertad progresiva y el imperio sobre la propia mente está
perfectamente dentro de las posibilidades de todo aquel que tenga la fe y la voluntad de emprender esta conquista.

SRI AUROBINDO

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