PSICONEUROINMUNOENDOCRINOLOGÍA
DEFINICIÓN
La psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE)
comprende el estudio de la relación de los mecanismos
regulatorios y de control del organismo.
La comunicación entre sus componentes se establece
mediante diferentes tipos de señalización molecular,
que conforman así distintos idiomas biológicos.
De esta forma tendremos un idioma neuropsíquico,
dado por los neurotransmisores y neuromediadores;
otro inmunitario, dado por las interleucinas e inmunomediadores,
y otro endocrino, dado por las hormonas
y péptidos.
Hoy se sabe que cada uno de los
componentes que forman la PNIE es capaz de relacionarse
con otro o bien actuar sobre sí mismo (automodulación)
mediante todos los idiomas PNIE.
Podríamos decir, en sentido amplio, que se
trata de los sistemas de comunicaciones entre las
distintas partes del organismo, conceptualizados
en una red de trabajo interrelacionada (network),
que deben funcionar armónicamente como un
todo y en permanente interconexión con el medio
en que se desarrollan.
NEUROANATOMÍA Y NEUROFISIOLOGÍA
El sistema PNIE está constituido por distintos
subsistemas con bases anatómicas y funcionales
propias e interrelacionadas. A continuación se
describe cada uno de ellos, como base teórica
para posteriormente analizar la fisiología y la
fisiopatología de cada eje PNIE.
Subsistema psicológico
Este nivel se encuentra expresado fundamentalmente
por los circuitos límbico, paralímbico y
pineal (Rozados R). Estas estructuras son las
encargadas de la exteriorización de las conductas
ante el procesamiento de las emociones.
1) Circuito límbico. Es el circuito de lo vital,
de lo propioceptivo, de lo primigenio, de lo visceral
y de lo ancestral; está compuesto por varios
centros fundamentales.
Hipocampo: responsable de la memoria propia
y de las memorias genéticas o instintos.
Amígdala: responsable de la autopreservación
y de las vivencias de familiaridad, procesador del
disparo conductual de “fight, flight, faint o freeze”
en respuesta a alguna amenaza.
Septum: responsable de la preservación de la
especie (los mecanismos de moderación septohipocámpicos
son fundamentales en la génesis de
la ansiedad).
Comisura anterior: responsable de la conexión
de fibras blancas límbicas de ambos hemisferios.
Ganglios basales límbicos: accumbens y fundus
striati; encargados de dar estabilidad a las
conductas instintivas (al igual que el estriado
extrapiramidal lo hace con el movimiento).
Así, este sistema nos conecta con lo más primitivo,
lo más arcaico o ancestral de nuestras
emociones y conductas.
Decimos que permite la
vinculación de la persona consigo misma.
2) Circuito paralímbico. Es el circuito de lo
valorativo, del dar importancia, de jerarquizar, y
está compuesto por:
Cortezas tempobasolateropolar y entorrinal:
conectan lo sensorial con lo protopático y lo
emocional. Dan sentimiento a las sensaciones.
Corteza orbitaria: sede del “yo social”. Actúa
como la corteza de la censura, evitando actos pulsionales
en aras de un bien común.
Corteza prefrontal: cumple una función cognitiva
y de intelectualización de las vivencias.
Es lacorteza del razonamiento y sus conatos emocionales;
su función disminuye en los estados de
deterioro cognitivo.
Cortezas asociativas: vinculan los centros
sensoriales primarios que reciben la señal sensorial
con el reconocimiento y el procesamiento de ésta.
Cerebelo: considerado un adaptador conductual,
que regula el tono de respuesta fina del equilibrio
motor, sensorial y conductual.
Así, este sistema filogenética y ontogenéticamente
más nuevo que el límbico permite a la persona
relacionarse con los otros, sus congéneres.
3) Circuito pineal. Es el responsable de la
traducción de las señales lumínicas en señales
químicas, lo que permite la sincronización de
los ritmos biológicos endógenos (ritmos circadianos),
con los ritmos externos. Se inicia en las
células ganglionares retinales, se integra en el
núcleo supraquiasmático hipotalámico (marcapasos
endógeno) y termina en la glándula pineal.
Ésta produce al menos veinte sustancias
diferentes que actúan como sincronizadores de
distintos ritmos biológicos.
Entre las más importantes se cuentan la melatonina, la arginina,
la vasopresina y el factor inhibidor de la
secreción de gonadotrofinas (GIF). El sistema
permitirá la sincronización de los ritmos internos
hipotalámicos con los ritmos exógenos
dados por los llamados zeitgeber o dadores de
tiempo como el ciclo luz-oscuridad, la disponibilidad
de alimento y la estacionalidad, entre
otros (Vacas MI) (Moline M).
Así, este sistema permite a la persona vincularse
con el mundo que la rodea (medio ambiente).
Concluimos entonces que todo mensaje o estímulo
externo se recibe en el telencéfalo (cerebro
nuevo, neocorteza o hemisferios), se discrimina y
se ordena protopáticamente en el diencéfalo
(cerebro animal o medial) y se responde con conducta
motora mediada por neurotransmisores o
conducta autonómica o conducta emocional
mediada por otros neuromediadores.
Subsistema nervioso
Se expresa por los sistemas nerviosos central
(SNC) y periférico (SNP), fundamentalmente
mediante neurotransmisores y neurorreguladores.
Los neurorreguladores se encuentran en mayor
número que los neurotransmisores e incluyen,
entre otros, a los péptidos hipotalámicos, enterohormonas
y citocinas. Los sistemas de neurotransmisión
y los sistemas de conducción de
señales de este subsistema están detallados en
otro capítulo.
Recordemos que la glia es fundamental como
componente del SNC y que se encarga de funciones
de crecimiento, de soporte, de conducción, de
producción de factores de crecimiento neurales y
de fenómenos de neuroplasticidad.
Subsistema endocrino
El hipotálamo, como principal estructura neuroendocrina,
está conformado por la región cerebral
que rodea el sector inferior del tercer
ventrículo, extendiéndose desde el quiasma óptico
a los cuerpos mamilares. Se encuentra conectado
entre sí, con la neocorteza, con las otras
áreas cerebrales y con el sistema inmune.
Produce factores peptídicos o glucopeptídicos
unifuncionales o multifuncionales que regulan
en forma inhibitoria o estimulatoria la liberación
de hormonas hipofisarias, las que a su vez regulan
a las hormonas periféricas. De esta forma, se
vinculan y regulan las conductas efectoras
(endocrinas) con los estímulos viscerales, emocionales
o ambos.
Detallaremos más adelante las principales vías
endocrinas involucradas y neoconceptualizadas
como ejes córtico-límbico-hipotálamo-hipófisoperiféricos.
Subsistema inmunológico
El sistema inmune (exento de) posee como
principal función la discriminación entre lo propio
y lo ajeno. Comparte esta función con el SNC
además de ser los dos únicos sistemas del organismo con capacidad de memoria y de aprendizaje.
Ambos tienen regulación por maduración y apoptosis.
Sus células efectoras se dividen en distintos
tipos de subpoblaciones de linfocitos según sus
CD o clusters de diferenciación, que son grupos de
anticuerpos monoclonales utilizados como marcadores
de maduración o de activación linfocitaria.
Son fundamentales en el sistema inmune los
procesos de comunicación mediados por sustancias
llamadas citocinas.
Dentro de las citocinas están las linfocinas, con actividad predominantemente linfocitaria, y dentro de éstas las interleucinas
(tradicionalmente se denominaron
interleucinas a los mediadores leucocitarios que
no habían recibido un nombre anterior de acuerdo
con sus funciones, al contrario de otras interleucinas
como los factores de crecimiento, los
interferones y los factores de necrosis tumoral).
Todas las citocinas son plurifuncionales y actúan
siempre en forma complementaria.
Para poder conceptualizarlo mejor pensemos que cada una de
ellas es una palabra en una frase de citocinas, que
será parte del mensaje producido; el resto del sistema
inmune y de sus sistemas relacionados sólo
escucha y responde al mensaje final.
Así, las interleucinas (IL):
• Son unidades de información producidas en
células de diferentes tipos celulares que ejercen
su acción sobre otras células de la misma o de
diferente estirpe (pleiotrofismo).
• Son inmunotransmisores que vehiculizan
información en el sistema PNIE.
• Componen sistemas de regulación autocrina,
paracrina y endocrina.
• Sus funciones son la resultante de las acciones
sumadas, potenciadas, modificadas o inhibidas
de unas sobre las otras (complementariedad
plurifuncional).
• Son producidas durante fases de inmunidad
tanto inespecífica como específica.
• La regulación ejercida es breve y autolimitada.
• Determinan diferentes efectos sobre una
misma célula blanco (target).
• Sus acciones son a menudo redundantes.
• La acción de una está influida por otras.
• Poseen señales específicas para regular la
expresión de muchos de sus receptores.
• La mayoría de sus respuestas celulares requieren
síntesis de mRNA y proteínas.
• Regulan la división de muchas células blanco
(p. ej., los factores de crecimiento).
Las funciones de las IL comprenden diferentes
mecanismos, que pueden ser:
• Mediadores de inmunidad natural o inespecífica
(interferón [IFN], factor de necrosis tumoral
[TNF], IL-1, IL-6).
• Reguladores de activación, diferenciación y
crecimiento de linfocitos (IL-2, IL-4).
• Reguladores de mediación inflamatoria (IFNg,
IL-10, IL-5, IL-12, factor inhibidor de la
migración de macrófagos [MIF]).
• Estimuladores de crecimiento y maduración
de leucocitos inmaduros (IL-3, IL-7, IL-9, IL-
11, factor estimulante de colonias de granulocitos-
macrófagos [GM-CSF] y de monocitos
[M-CSF]).
La relación entre los cuatro subsistemas se
objetiva en el hecho de la expresión recíproca de
receptores a sustancias comunes en células de
cada uno. Así, citocinas, hormonas, neurotransmisores
y neuropéptidos encontrarán sus receptores
específicos distribuidos en todos los tejidos.
A modo de ejemplo citamos al linfocito que
expresa receptores a corticoides, péptido vasoactivo
intestinal (VIP), insulina, estradiol, prolactina,
testosterona, adrenocorticotrofina (ACTH),
agentes betaadrenérgicos, sustancia P, somatostatina,
encefalinas y endorfinas. Podríamos pensar
que los linfocitos se comportan como verdaderas
“hipófisis periféricas circulantes”. La gran mayoría
de estos factores son sintetizados in situ, ya
que estas células no tienen capacidad de almacenamiento
y su liberación es mediada por estímulos
antigénicos. A modo de ejemplo diremos que
la ACTH hipofisaria se produce, almacena y libera
en cantidades suficientes, pero debe viajar por
el torrente sanguíneo para ejercer su acción sobre
la suprarrenal; los linfocitos, en cambio, produ-
cen cantidades micromínimas pero infinidad de
ellos la secretan frente a la glándula y producen
la misma acción en función del tiempo (así, un
estado infeccioso puede tener la misma manifestación
de astenia y déficit sistémicos que la
depresión endógena).
Con la íntima interrelación de los subsistemas
psíquico, nervioso, endocrino e inmunitario se
conforma el sistema psiconeuroinmunoendocrino,
que recalquemos es el realmente responsable
de las respuestas adaptativas e integrativas desde
y hacia el medio.
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